«Una lectora nada común» es una novela escrita por Alan Bennett y publicada por la editorial Anagrama en Barcelona. La historia comienza cuando la reina Isabel II de Inglaterra descubre un vehículo de la biblioteca móvil del ayuntamiento aparcado junto a las puertas de las cocinas del palacio. Es ahí donde conoce a Norman, un pinche de cocina que se convierte en su asesor literario al estar leyendo un libro de Cecil Beaton.
La reina decide llevarse un libro de la biblioteca, a pesar de que su único oficio es mostrarse interesada en los gustos de sus súbditos. Este acto la lleva a sumergirse en el mundo de la lectura, descubriendo autores como Ivy Compton-Burnett y Marcel Proust, lo que despierta en ella el vértigo del ser y el placer de la lectura.
Alan Bennett nos presenta una comedia exquisita y divertida, donde la reina de Inglaterra se ve consumida por una pasión inesperada por los libros. A través de esta historia, el autor reflexiona sobre el poder y el impacto de la literatura en nuestras vidas, desafiando los límites de la alta y baja cultura.
Para Michael Dirda de The Washington Post, Bennett es un escritor sutil y elegante, capaz de crear una poderosa reflexión sobre el poder y la importancia de la lectura. Por otro lado, Jane Shilling de The Times destaca la indignación presente en la obra contra la estupidez y la arrogancia del poder, así como la defensa del arte como fuerza civilizadora.